jueves, 19 de julio de 2012

HOLAAAAAA

Estoy escribiendo la continuacion de los siguientes capitulos cuando tenga el capitulo 12 (segunda parte) lo subire inmediatamente al blog y os lo informare por Facebook y Twitter ok? ;) Siento no haber seguido con la historia pero con los examenes, clases y demas cosas no he podido hacer nada... lo siento mucho -.- Gracias a los que me seguis y espero que siga siendo asi ^^ Un gran beso (LL) y un gran saludo ;)

lunes, 7 de noviembre de 2011

Cpitulo 12 (parte1)

El invierno ha aparecido con una gran cantidad de nieve. Mi madre, mi hermana y yo estamos preparándolo todo para esta noche ya que, hoy vienen mis tíos y familiares para la cena de navidadMás tarde fui a mi cuarto con Yena a ver como estaba. Ya era muy grande la pequeña y muy hermosa, era una de las criaturas mas hermosas que había visto nunca. Tenía unos ojos que te hacía enloquecer.

Estaba en mi cuarto mirando las fotos de cuando era Yena pequeña. No me di cuenta de que no había cerrado con pastillo la puerta y entonces apareció mi madre toda alegre pero esa alegría desapareció. Vio a Yena, tan grande y mona, que por lo que vi mi madre no daba crédito a sus ojos.

-Luz, ¿que es eso?.

-Mamá, es una, una….. loba-por fin solté.

-¿Desde cuando la tienes metida en casa?

-Desde un poco después de Halloween.

-No me esperaba esto de ti, mira que ocultarme que has tenido manteniendo a este lobo en casa.- lo dijo de una manera que no sabría explicar, era como tristeza y enfurecida.

Le expliqué todo lo que había pasado, que Yena se quedo sin familia porque un hombre mató a sus padres y la tuve que mantener oculta, para que no lo descubrieran y fueran a por ella, porque escuche de que los lobos son unos asesinos que atacan por placer y tenían que exterminarlos a todos.Yo, después de un rato explicándoselo varias veces por fin me entendió y me dejó que estuviera Yena con nosotras sin tener que ocultarla.

-Por eso estabas tan rara y siempre andabas con una chaqueta-dijo mi madre.

-Si. Tenía que salir para poder hacer sus necesidades y jugar un rato al aire libre. Eso si estuve alerta por si aparecía algún cazador.

-¿Durante tanto tiempo lo has ocultado?

-Si, pensé que no querrías tener a un lobo como mascota y entonces la oculté porque a lo mejor la hubieras tirado a la calle u algo.

-Tienes razón, pero no puedo abandonar a un cachorro y menos si no puede cuidarse aun por si solo. Pero, cielo, cuando crezca tendrás que soltarlo, en primavera deberás soltarla.

-Lo entiendo, mamá.

“Primavera” aquella estación nunca me ha gustado, en esa estación he tenido que despedirme de alguien y con Yena serán 2 despedidas muy duras, pero no tengo otra opción solo disfrutar a máximo los días que me quedan con ella.

domingo, 16 de octubre de 2011

Capitulo 11

No daba crédito a mi oídos, a Juan le gustaba Sara. Por un momento me quede paralizada, pero luego me di cuenta no era nada raro ya que Sara es muy guapa, lista, amable…etc.

-Luz, ¿Qué puedo hacer?

-No se, dile lo que sientes

-No puedo, no tengo la suficiente confianza como para decírselo como si nada. Es mi amiga de toda la vida y no quiero que esa amistad se acabe porque y si da la casualidad de que no le gusto, podría romper nuestra amistad- dijo Juan mientras yo pensaba en algo.-Ya se-dijo de repente- averigua si le gusto a Sara. Ella te lo cuenta todo, ¿no?.

Por un momento pensé que esto estaría mal, pero vi la mirada de Juan y eso me hizo cambiar de opinión.

-Ains…-suspiré- está bien, lo intentaré.

-Kya!!... gracias Luz-dijo mientras se levantaba y me daba un abrazo.

Nos tomamos lo que pedimos y después nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo. Mas tarde nos sentamos en un banco y nos pusimos hablar de nuestras aficiones. A Juan le encanta componer canciones, hacer graffiti, escuchar música e incluso toca la guitarra.

-¿Tocas la guitarra?-dije sorprendida y a la vez excitada.

-Si, me encanta. Depende de mis emociones toco una clases de canciones.

Ya te imaginaras que clases toco depende de mi humor, ¿no?.

-Si… me la imagino.

-Y tu, ¿sabes tocar?

-Ui! que va, que va. Pero la verdad es que me encantaría aprender a tocar la guitarra y componer mis propias canciones, como tú. Si tienes tiempo podrías darme clases algún día ¿No?.

-Claro, encantado.-dijo sonriendo- y bueno, ¿Cuáles son tus aficiones?

Le conté mi pasión por la fotografía de paisajes, animales…etc. Por la música, dibujar, escribir mis propias historias y sobretodo por mi pasión por los lobos. Le hablé sobre que me gustaría fotografiar a un lobo del bosque de aquí, pero entre los exámenes y el que no tengo tiempo, no puedo hacer nada. Por su expresión percibí que a Juan se le había ocurrido algo pero cuando le pregunté en que pensaba me contestó con el “nada” de siempre.

-¿Nos vamos?

-¿A dónde?

-No se… ¿vamos a tu casa y me enseñas las fotos que has hecho? Y si quieres te doy algunas lecciones de guitarra.-dijo mientras sonreía.

-¿Y por que no vamos a tu casa mejor?, a si no tienes que cargar con la guitarra todo el camino.

-¿Y las fotos?

-No te preocupes. Pasamos ahora, las cojo y nos vamos a tu casa.

Pasamos toda la tarde en grande. Mientras el tocaba una de sus composiciones yo me inspiraba escribiendo en una historia que desde hace tiempo estaba escribiendo. Tocaba de maravilla y sus canciones eran preciosas. Paré un momento para escuchar bien lo que decía la letra de su canción y fue entonces cuando se me ocurrió una idea.

-¡JUAN!

-¡AAAHH!, no me asustes de esa manera,¿Qué pasa?.

-Ya se como te puedes declarar a Sara.-dije entusiasmada.

-¿Cómo?

-Cantando.


miércoles, 28 de septiembre de 2011

Capitulo 10

El primer trimestre ya ha acabado y todos estamos impacientes por nuestros boletines. Hace un frío que nadie lo soporta y todos estamos con los abrigos y bufandas puestas, ya que la calefacción no iba.
Hoy no hacemos nada en especial, solo un almuerzo de clase navideño. Todo el mundo ha traído algo, unos han traído torta, otros la bebida, panchitos, platos…etc.
Después del almuerzo cada uno iba a su bola, Juan y yo haciendo grullas de papel, otros haciendo el animal, otros leyendo, dibujando…etc.

Para celebrar que ya eran vacaciones de navidad todos nos hemos ido a un bar a tomarnos algo Sara, Lucas, Juan, Ana incluso vino Víctor aunque la verdad no tenía muchas ganas de verlo pero para no estropear la fiesta me tuve que aguantar.
Mientras los demás pedían Sara me llevó al aseo porque quería hablar conmigo. En el baño empezó a hablarme sobre Víctor y como no siempre salía en nuestras conversaciones.

-Luz, no se que le pasa a Víctor. Está muy raro-dijo Sara.

-¿Por qué tendría que saber yo lo que le pasa?

-Pues le pregunté y lo único que supo contestar fue “Luz” así sin mas y sinceramente es muy raro.

-Yo no se lo que le pasa Sara, si lo supiera te lo diría y ahora que estamos con el tema de Víctor ¿Te gusta?

-No, pero es una persona a la que admiro mucho, es una de las personas mas maravillosas del mundo y no quiero que este triste por nada. Quiero que sonría y sea feliz…. Además…

-Para el carro. No sigas, que te conozco. Vas a decir…

-Víctor es tuyo-dijimos al unisolo.

-Es que es la verdad-dijo ella mirándome con una cara de felicidad.

-Ya te lo he dicho muchas veces, Víctor no es de nadie y ya esta, no hablemos mas del tema.
 
Después de esto, Sara y yo salimos del baño y nos dirigimos a donde estaban los demás esperándonos.
Mientras que esperábamos a que nos trajera lo que habíamos pedido todos estábamos hablando sobre lo que haríamos en noche buena, navidad y noche vieja. El día de noche vieja pensábamos pasar la noche juntos, una cena , las uvas y un poco de baile.

Por la tarde mientras estaba echada en mi cama rascando la barriga de Yena oí a mi madre que me llamaba desde el piso de abajo. Alguien había venido a verme. Era Juan, el chico que conocí gracias a Sara y que enseguida hice amistad con él.

-Menuda sorpresa-dije- ¿Cómo sabes donde vivo?

-Sara me dijo que vivías aquí.

-¿Y que te trae por aquí?
-Nada, ¿Te apetece salir?

Juan y yo nos fuimos a la cafetería que hacía el mejor café del mundo.
Mientras esperábamos a que nos trajera lo que habíamos pedido, Juan empezó a preguntarme cosas sobre que qué me parecía él y esas cosas. No sabía exactamente que le pasaba pero por sus preguntas y reacciones supuse que a Juan le gustaba alguien y para ahorrarnos tiempo, directamente le pregunté.

-Vale, vale ¿Quién te gusta?

-¿Qué? ¿Cómo?-preguntó sorprendido.

-Te gusta alguien ¿Quién es?-dije sonriendo.

-Pues no te lo vas a creer pero es… Sara.





martes, 20 de septiembre de 2011

Capitulo 9


A la mañana siguiente alguien llamó a la puerta pero no supe quien era hasta que tocó a la puerta de mi habitación. Yo estaba medio dormida ya que, la noche anterior no dormí nada.
Vi una figura borrosa pero poco a poco se fue aclarando hasta hallar a la persona que estaba en la puerta esperando.

-¡VICTOR! ¿Qué haces aquí?-dije enfurecida.

-He venido a verte. Te dejaste una cosa.

-¿Qué me dejé?

-Esto.

Se acercó a mi me cogió de la cabeza y me besó. Por desgracia no vino mi madre para poder haberlo impedido. Intenté despegarme de él pero no podía. Estaba confundida, mi corazón y mi razón estaban luchando, discutiendo. Mi razón me decía que le empujara para apartarlo de mi y después darle una ostia bien dada, pero mi corazón decía que me quedara donde estaba y que disfrutara del momento.
En ese momento, por primera vez mi corazón supero a la razón.

-Luz, te quiero.

- Víctor, yo….
No pude acabar la frase, en ese momento apareció mi hermana Lucia por la puerta de mi habitación  anunciándome de que la comida ya estaba hecha. Bajemos a la cocina y cuando mi madre vio a Víctor le dijo que si podía ayudar a colocar la mesa. Me quedé alucinada, sin que yo lo supiera hasta ese momento mi madre había invitado a Víctor a comer.
Mientras comíamos mi madre no paraba de hacerle preguntas sobre nosotros dos, es decir quería sonsacarle si éramos novios o no. Claro estaba que no lo éramos. Y mi hermana con sus 10 años que tenía hacía unas preguntas muy incómodas. Os imaginaréis cuales son.
Y para rematar Víctor y sus halagos a mi madre.

-Bueno, señorita Castillo ¿En que trabaja? A parte de cuidar a sus bellísimas hijas.

-No cuela  Víctor-dijo mi madre- a la que tienes que adular es a mi hija y trabajo en un restaurante de hostelería.

-Hostelera… ¿podría probar alguna cosa que hayas preparado?

-Claro, de postre tenemos una de mis especialidades.

-Las mejores natillas que hayas probado en tu vida- dijo mi hermana Lucia.

-Bueno, vamos a probarlas a ver si es cierto-dijo Víctor.

Mientras nos tomábamos las natillas caseras de mi madre yo veía la cara que ponía Víctor. Tenía cara de satisfacción. Esa cara hizo que se me escapara una risilla floja y la atención de toda la mesa.

-¿Qué pasa, Luz?-preguntó mi madre.

-Nada, mamá. Cosas mías-reí.

-Pero quieres parar de reírte, ¿Qué te pasa?- dijo Víctor.


Después de terminarnos las deliciosas natillas caseras de mi madre recogimos la mesa y después de eso Víctor afirmó que las natillas de mi madre eran las mejores que había probado en su vida. Mi madre para agradecerle la crítica que hizo Víctor sobre sus natillas le regaló unas para que las probaran sus padres.
Después de estar hablando con mi madre sobre su trabajo y los platos que prepara en el restaurante nos fuimos Víctor y yo a mi habitación con la pequeña Yena. Yena siempre saltaba de alegría cada vez que nos veía a alguno de los dos, era súper mona.

-Yena…. Cuanto tiempo chica-dijo Víctor mientras le rascaba la barriga.

-Ya, ya… oye si eso despídete de ella y lárgate.

-Vaya humos. ¿Es por lo del beso?

-Algo tiene que ver y hablando de eso ¿Por qué lo has hecho?

-Te lo he dicho, te quiero y te lo voy a decir las veces que hagan falta.

Por muchas veces que lo dijera nunca me lo iba a creer.

Empezó a contarme un rollo que tenía él con Alba y lo que sucedió realmente en la fiesta.  Que estaba con ella hablando tranquilamente y que como iba un poco tocado, un poco bastante pues se le fue la olla y se enrollo con ella pero que después se arrepintió mucho.
Si se pensaba que me lo iba a tragar lo llevaba claro.
Luego empezó a hablar de la  impresión que le di la primera vez que nos conocimos. Y mientras nombraba mis características se iba aproximando a mi cada vez más y más. Yo en cambio iba alejándome de él pero me acorraló. Nos miramos a los ojos y me volvió a besar.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Capitulo 8

Me levanté por la mañana y me di cuenta que Luz no estaba en la cama y supuse que estaría desayunando, ya que eran las 10 de la mañana y yo como soy una dormilona y ella madrugadora me habrá dejado durmiendo.

Bajé a la cocina, pero no había nadie ¿Luz se habría ido a su casa? Imposible, me diría algo de que se marchaba o me hubiera dejado una nota, algo. Busqué a mi hermano, pero no estaba en su habitación, ni en el aseo y el único que me faltaba era en el sofá. Mire y me encontré a mi hermano con… ¡LUZ! Los dos abrazados, juntos. El rostro de Luz parecía agotada y la de mi hermano agradable. Llamé a mi hermano y este se despertó.

-¿Qué quieres Sara? Déjame dormir-dijo él.

-Yo te dejo, pero primero explícame que hace Luz contigo en el sofá cama.

-¿Eh?... em no es lo que crees-Dijo mientras se levantaba- Anoche ella no podía dormir ni yo tampoco y nos encontramos en la cocina, nos pusimos a hablar y bueno nos quedamos dormidos en el sofá.

-Vale, tiene lógica. Solo una cosa, una pregunta ¿En que estabas soñando que se te veía muy alegre?-dije con un tono un poco tonto.
-En nada… solo…

-Con Luz ¿no?-dije de repente.

-No… claro que no… Está bien si, mira no te voy a mentir. Luz…

-Te gusta, lo se-dije otra vez de repente

-No me gusta… la quiero.


Aquellas palabras me dejaron aturdida, vale sabía que le gustaba pero no que la quería. Yo ya no sabía ni que decir porque estaba alucinando. Mi hermano ¿Enamorado?

Max
Le dije a Sara toda la verdad, que estaba hasta las trancas por Luz, que compuse una canción, un poema sobre Luz y que en la fiesta de halloween estuve hablando con ella y que tenía muchas ganas de decirle que la quería, pero se que ella ama a otra persona.

-Sara, no se lo digas a nadie, a nadie, por favor.

-Tranquilo, eres mi hermano… tenemos nuestras diferencias pero aun así te quiero y no pienso decirle nada a nadie. Pero una cosa Max, quiero preguntarte una cosa, me dijiste que no te gusta Víctor, que lo odias. Como es eso si antes erais muy amigos.

-Eso es una historia que te la puede contar tu amiguito pero seguro que te mete una trola tan grande como nuestra casa.

-Bueno, bueno….vale, y cambiando de tema ¿cuando piensas decirle a Luz que te gusta? Porque según tú te gusta desde que os quedasteis en el ascensor encerrados porque se fue la luz y eso fue hace 5 meses.

-Sara si te digo la verdad, no se lo pienso decir nunca porque ella quiere a otra persona y no quiero partirme el corazón más de lo que lo tengo.

Después de todo nos fuimos a desayunar y justamente después Luz se levantó y se fue a desayunar. Sara y yo nos mirábamos y conocía su cara, tenía algo planeado y supuse que sería algo para declararme a Luz, pero como le dije antes, nunca pensare en declararme a Luz. Y si hace falta, me lo llevaré a la tumba.

Después de desayunar Luz miró el reloj y estuvo pensando, hasta que dio un grito que hizo que yo saltara de la silla al suelo, con un dolor de rabillo insoportable después.
Fue arriba, bajó vestida y salió corriendo de la casa.


Luz
Tuve que marcharme de casa de Sara porque recordé que tenía que ir a casa de Víctor a por Yena, ya que él no podía encargarse más de ella.
Llegue a casa de Víctor y me hizo subir a su habitación. Cuando entré lo veía un poco distinto a la ultima vez, ahora había mas fotos de lobos del bosque y también había muchas de Yena, aquella habitación para mi era como una sala de fotos solo de imágenes de lobos, como un paraíso fotográfico.

Me giré hacia donde estaba Yena y la verdad no parecía ella, había cambiado un montón. El pelaje era distinto, ahora tenía un tono más oscuro, rojizo oscuro. Se acercó a mí y empezó a lavarme toda la cara.

-Yena, Yena, para, para-dije mientras intentaba alejar la cara de los lametones de ella.

-Te hecha mucho de menos… y yo también-dijo

-¿Cómo? ¿Como que tu también?

-Luz, me gustas y mucho y no me da vergüenza admitirlo.

-Como te voy a gustar si anoche te liaste con alba delante de mi cara, ¿Te crees que soy tonta o que?

-Lo de anoche… me lié con ella porque estaba borracho, pero te quiero a ti, de verdad-dijo mientras nos mirábamos a los ojos- desde el primer día que te conocí supe que me gustabas.

-No me vengas con esas. Ese truco me la se de sobra. Como aquella ha pasado de ti ahora vas con que te gusto desde hace tiempo. Víctor que no soy idiota ¿Vale? Que mi ex me hizo lo mismo y no cometo el mismo error dos veces.

Quise que todo esto terminara cuanto antes, quería llevarme a Yena y no volver a aquella casa nunca más.
Cogí a Yena y me dirigí hacia la puerta pero Víctor me agarró del brazo y me empujó contra él. No sabía porque lo estaba haciendo, ¿Qué intentaba hacer? ¿Que intentaba lograr? Fuera lo que fuese si era algo de la conversación anterior estaba por asegurado de que no lo iba a lograr. Después me cogió del mentón con cuidado he hizo que ambos ojos se miraran mutuamente. Se inclinó he intentó darme un beso, casi lo consigue pero por suerte en ese mismo instante su madre toco la puerta.

-Buenos días-dijo ella con delicadeza. Su madre era la persona mas sofisticada que había conocido nunca. Siempre iba muy arreglada, como si tuviera fiesta todos los días. Y a parte de eso era una persona muy agradable y simpática.

-Buenos días Señora Martínez-dije intentando sonar con un tono de sofisticación como ella.

-Por favor, llámame Mary.

La Señora Martínez, bueno Mary me invitó a desayunar con ellos pero tuve que rechazar aquella invitación por dos razones y una de ellas era Víctor , la otra era por vergüenza.
Después fui a mi casa directamente y mientras estaba en mi habitación leyendo un libro con Yena en mis regazos leí algo que me recordó cuando Max y yo nos quedamos encerrados en el ascensor y fue entonces cuando confíe más en él.

*Fue un viernes por la tarde y estaba en la casa de Juan, alias “El luceros” allí pasando la
tarde, haciendo sesión de cine. Lo pasemos en grande y variemos las clases de películas
para ver, unas eran de disney, otras de acción y también de humor. Nos peleábamos por el mando, ya que uno quería de una clase de películas y el otro de otra clase. Por suerte tuvimos un acuerdo y cada vez uno elegía la película que quería ver.
Cenemos pizza y palomitas, una conminación perfecta con las películas.
Cuando era la hora de irme, mientras esperaba el ascensor me encontré con Max, el hermano de Sara.

-¿Qué haces aquí?-le dije.

- Vaya humos… mejor bajo por las escaleras.

-Eh, no. Lo siento Max, solo era una pregunta.

-Bueno, vale. He venido a ver a un amigo que esta enfermo.-dijo mientras entrábamos en el ascensor.
No sabia que decirle para poder hablar de algo y cuando se me ocurre decirle algo va y se para el ascensor. Al parecer se había ido la luz porque al rato, sobre los 5 minutos o así me llama Juan diciéndome que donde estaba, que se había ido la luz y que llamaría a los bomberos para poder sacarnos del ascensor.
A Max también lo llamaron, fue la madre del amigo que fue a visitar.
Mientras esperábamos a los bomberos, yo intentaba mantener la calma pero no podía. Entonces antes de que yo pudiera gritar como una loca, Max intentó calmarme.

-Luz, cálmate. No va a pasar nada malo. Todo saldrá bien.

-¿Me lo prometes?-dije.

-Si.

Intentó mantenerme ocupada y lo logró. Empezamos a hablar de nuestras cosas, de la razón que vine a vivir a Galicia, mi antigua vida antes de venir a Galicia es decir, los amigos, lo que hacía allí, etc.
Era la primera vez desde que le conozco que hablamos bien el uno con el otro, ya que no tuvimos oportunidad de hablar y la primera vez me pareció imbécil y un poco estúpido por la forma en la que trataba a su hermana.
Max no es tan malo si lo conoces bien, en realidad es majo y muy amable. Me contó como era antes con su hermana, siempre la protegía de todos los que se metían con ella incluso me contó que antes era amigo de Víctor pero no me explicó la razón por la que dejaron de serlo.

Llegaron los bomberos y a los 10 minutos o por ahí pudieron rescatarnos del ascensor.

De camino a casa estuvimos hablando de lo que había sucedido en el ascensor y el susto que nos metimos. Le di las gracias por haberme mantenido ocupada, si hubiera estado sola me hubiera puesto a chillar como una loca pidiendo ayuda y antes de que me rescatasen ya hubiera estado muerta por falta de oxígeno, ya que, lo hubiera gastado todo lo que tenía pidiendo ayuda.

-Ves… no ha sido para tanto- dijo Max de repente.

-¿Cómo?

-Lo del ascensor, no ha sido para tanto, no ha pasado nada ¿no?

-Ah… gracias por haberme entretenido hablando.

-No hay por que darlas-dijo sonriendo.

Después de llegar al punto en el cada uno se iba por su camino hacia su casa le di un abrazo y le volví a dar las gracias por lo que había hecho antes en el ascensor. Vale, si, doy muchas veces las gracias, pero soy así, no me miréis así de raro.
Cuando llegué a mi casa le tuve que explicar a mi madre lo que me había pasado en el ascensor y por que había llegado tarde a casa.*




Capitulo 7

La noche era fría y agradable a la vez. Estaba en el cuarto de Sara, mirando hacia la nada, pensando en Víctor, en nuestra charla, cuando besaba a esa chica y Max con su agradable comentario que me hizo sentir bien durante un segundo.
No podía dormir, no podía descansar y no tenía ni idea de que hacer. A si que lo único que pude hacer fue ir abajo a tomar algo.

Baje a la cocina. Me senté y me quedé fijamente mirando aquel gnomo del patio de atrás. Era extremadamente mono, gracioso y a la vez divertido, el gnomo estaba sentado en un tronco con una mini taza.

Mientras miraba aquel gnomo escuche algo, pero no sabría decir como era aquel ruido. Cuando parecía que todo estaba tranquilo, alguien me cogió y me tapó la boca. Empecé a retorcerme e intentaba chillar.

-Tranquila, tranquila… Luz no soy un ladrón ni nada parecido. Te voy a soltar pero no chilles que mis padres están durmiendo-dijo a la vez que me giraba y vi su rostro.

-¡Max! Que susto me as dado-dije en voz baja.

-Jaja, si ¿no? ¿Qué haces despierta a estas horas?

-No podía dormir y entonces… oye… y tu que, ¿que haces a estas horas despierto?

-Pues… igual que tu, tampoco podía dormir.


Max
 


No podía dormir porque tenía a la persona que quería en mi casa y era la oportunidad de decirle lo que sentía por ella, pero esa persona esta por alguien al que odio mucho.
Esa noche, ella estaba resplandeciente, con su pijama azul celeste y su sonrisa que me hacía enloquecer. Era la primera chica que me gustaba de verdad, y no de estas de que me enrollo unas cuantas veces contigo y ale, no, yo quería estar con ella por siempre.

-Vaya… ninguno puede dormir ee?-dijo ella.
-Si te digo la verdad no tengo muchas ganas de dormir, no se, no tengo sueño.

-Ya… oye, si quieres podemos hablar, no se, si quieres.

-Claro, hablemos en el sofá, por si alguno de los dos nos queda frito mientras hablamos.

Estuvimos hablando sobre la noche de la fiesta de halloween y lo que sintió ella cuando vio al chico que le gusta besarse con otra. “Yo también he sentido lo mismo cuando te he visto sola y triste, llorando por un chico que no merece la pena y también porque quieres a un chico, y ese chico no soy yo” pensé.
Mientras me contaba todo lo que había pasado con Víctor, a mi se me caía el alma. Esos momentos me hubiera gustado pasarlos con ella.
Cuando creía que se iba a dormir, empezó a preguntarme.

-Max, a ti ¿te gusta alguien?

-No quiero mentirte, si, y no me gusta, la quiero-dije-“y eres tu Luz, te quiero, te quiero y quiero decírtelo siempre” pensé.

-Vaya Max, no sabía esto de ti. Que eras tan dulce y tan sincero. Esa chica tiene que ser muy afortunada.

-Si te digo la verdad, no, no lo es. Ella está por otro y ese idiota no sabe cuanta suerte tiene. Mira, la quiero tanto que si sale con alguien que no sea yo, no me importa, si es feliz, la dejaré marchar.

No pude contenerme a que una lágrima se derramara por mi cara e intenté que Luz no me viera, pero fue inútil. Me vio y ya que me había visto no pude aguantarme mas y empecé a llorar y a llorar. En ese momento pensé en un poema que escribí cuando supe que la quería.
 
“Eres dulce y cálida
Y una hermosa criatura.
Me gustaría tenerte entre mis brazos para abrazarte.
Para abrazarte y besarte.
Decirte cuanto te quiero, cuanto te amo,
Lo que mi corazón dice cuando te ve,
Pero nunca te tendré.

-Max, max, no llores… Por favor, no llores.

-Luz, lo intento pero no puedo, lo siento no puedo contenerme.

-Vaya, si que te gusta esa chica… Eh, sabes que estoy aquí para todo ¿si? Venga no llores-dijo a la vez que me daba un abrazo. Era agradable pero no lo suficiente para parar de llorar- Oye ¿recuerdas la primera vez que nos vimos, que nos conocimos? No nos aguantábamos, pero desde aquella vez, todo ha cambiado. Y ahora que nos llevamos tan bien… no quiero verte sufrir porque se me caería el alma al suelo.

-Está bien Luz, lo intentaré y ya ves ¿Eh? -dije. La tristeza y las ganas de llorar se quitaban poco a poco- fue por lo del ascensor ¿no?

-Jajaja, ya ves… mira que irse la luz cuando estábamos bajando por el ascensor, jajaja eso es mala suerte. Pero gracias a eso nos hemos conocido mejor, yo diría que era un destino, suerte, como quieras decirlo.
Lo que dijo ella me alegró el corazón. Le hubiera dicho algo de aquel día, pero lo único que podía decirle era que desde aquel día supe que la quería y fue en ese mismo lugar donde me vino a la cabeza aquella poesía.

Capitulo 6

Estaba en clase de biología y mientras la maestra explicaba sobre el gen recesivo ligado al sexo con el color de los ojos de las moscas y que color de ojos tendrán los descendientes de estas, yo estaba pensando en el susto que tuve cuando mi hermana estuvo ingresada en el hospital, pero no solo pensaba en eso. También pensaba en el día tan genial que pasé con Víctor, cuando desayunamos y cuando me enseño a la cría de loba, Yena. Aquel día fue el mejor de todos, no solo por lo de Yena si no también cuando a mi hermana le dieron el alta, ese día nunca se me iba a olvidar.

Halloween se estaba acercando. Halloween, el día que menos le gusta a mi madre, el día que mi padre le dio el mismo mareo que a mi hermana, el día que le diagnosticaron que tenía una enfermedad que llegó matarlo.

Todos los del instituto estaban hablando de la fiesta que iba a dar Lucas, alias “el magnifico” el chico de ojos verdes y pelo negro de punta que conocí cuando llegué a Galicia. Lucas iba hacer la fiesta en su campo de verano, que le costó convencer a su madre dejarle montar la fiesta. A la fiesta estaba invitada, como no, es mi amigo pero el problema es mi madre, ella, por así decirlo, es muy protectora y no quiere que me pase nada malo, porque ella se quedó embarazada de mi cuando tenía 20 años en la fiesta de halloween de un amigo de mi padre, y por eso no me deja asistir a ninguna fiesta donde no este ella.

Por suerte, tengo a mi gran amiga Sara que pudo convencerla de que yo fuera a la fiesta.

-Tranquila madre de Luz, yo la cuidaré muy bien. Y si eso, Luz se queda en mi casa.

-Raquel-dijo mi madre de repente.

-¿Cómo?-preguntó Sara estupefacta.

-Que me llamo Raquel y… está bien, Luz, puedes ir a la fiesta.


En la fiesta fueron muchas personas, y a la mayoría no la conocía, pero gracias a dios que Víctor estaba. Mientras yo estaba hablando con Juan y Carlos, Víctor se acercaba hacia nosotros. Quería hablar conmigo, así que me despedí de Carlos y Juan y me fui con él.
Me llevó fuera de la fiesta, donde había un columpio para los hermanos pequeños de Lucas. Nos sentamos en ellos y empezamos hablar.

-Luz, te tengo que decir una cosa- dijo Víctor con una cara que nunca le había visto antes. ¿Se me iba a declarar? No, es imposible, solo nos conocemos desde hace poco.

-Dime, Víctor

-No se como decirte esto… a ver… mira no aguanto mas, es sobre Yena.

-¿Qué pasa con ella? ¿Qué le ha pasado?

-Nada… es solo, que no voy a poder mantenerla durante mucho tiempo. Mi padre, el otro día casi la descubre y si te digo la verdad, como la encuentre, Yena ya no existirá más.

No daba crédito a mis oídos lo que me estaba contando Víctor. Entonces no queda otra alternativa que mantener a Yena en mi casa escondida. Le dije a Víctor que yo me encargaría de ella y que intentaría que nadie la descubriera. Después Víctor se fue con una muchacha, una llamada Alba y la verdad, me dolía los ojos y el corazón de lo que veía, vi como la besaba y la abrazaba, felices, enamorados como dos tortolitos en el día de los enamorados. Como no podía aguantarlo, tuve que darme la vuelta para no ver lo que me hacía daño.

Sentada en el columpio, mis lágrimas no paraban de caer y caer, quería contenerlas pero mi corazón en ese momento era más fuerte que mi mente.
Mientras lloraba escuché un ruido detrás de mí. Seguramente era Sara.

-Sara, por favor márchate, quiero estar sola- dije con un tono lloroso.

-No soy esa a la que llamas Sara, esa tonta que se ajunta con alguien que no es de fiar.

La voz era de un chico y me sonaba bastante, pero para asegurarme me di la vuelta. Era Max, el hermano mayor de Sara. La verdad no se que hacía aquí, en una fiesta donde acude su hermana pequeña.

-¿Qué haces aquí sola y… llorando? Que pasa, no te gusta el alboroto, jajaja-dijo Max.

-EE? Nada, ahogando aquí mis penas ¿es que no las ves?- dije con un ton casi de desprecio.

-Vaya, no me digas que tu también… ¿también te gusta aquel idiota, Víctor?- dijo Max, a la vez que yo asentía- Mira, no merece la pena, se que parece bueno y que nunca haría daño a nadie, pero no lo conoces en verdad.

-AA es que ¿tu si?

-Digamos que antes éramos amigos, pero descubrí que es un falso y como te he dicho antes, no merece la pena. Luz, te conozco desde que llegaste, has estado viniendo a mi casa…siempre, incluso hemos hablado. Eres una gran persona y te mereces mucho más que eso.


Lo que decía Max, me aliviaba un poco, pero no lo suficiente, aun estaba destrozada por dentro que, por lo que vi Max se dio cuenta. Entonces cuando menos me lo esperé, me abrazó y aquel abrazo era cálido y agradable. Aquello era lo que necesitaba.
Después estuvimos hablando de todo hasta que acabó la fiesta y nos fuimos todos, Sara, Max y yo a casa.

domingo, 26 de junio de 2011

Capitulo 5

Víctor
Mientras llevaba a Luz a la cafetería estuve pensando en la cría de lobo y saber si a Luz le gustaría el plan que tenía.
Cuando llegamos a la cafetería ella no paraba de hacerme preguntas y chillarme, ella quería estar junto a su hermana, pero yo no quería que sufriera y entonces le dije una pequeña mentira.

-No te preocupes, te llevaré a ver a tu hermana pero primero un buen desayuno en la cafetería ¿si?

- En el hospital hay una cafetería, lo digo por si no lo sabías.

-Pero el café de esta cafetería es mucho mejor que el del hospital

-Pero…

-Bah, bah, bah… Calla, deja de pensar tanto en tu hermana, se que estás preocupada mucho por ella pero por un momento relájate, disfruta, olvídate de todo. Después de enseñarte una cosa te llevaré al hospital, ¿de acuerdo?

-Está bien.

La llevé hacia la mesa y después un camarero nos atendió, yo pedí un croasen y un chocolate bien calentito y ella… un café solo. Decía que no le apetecía nada, que ya había desayunado en casa de Sara. Le sonaban las tripas y eso significaba dos cosas o sigue pensando en su hermana tanto como para no comer o no le gustaba que la invitaran.
Después de mi súper desayunazo me decidí a llevarla a ver a la cría de lobo, aunque ella se pensaba que era una cría de un perro, de un husky.


Luz
Víctor me dijo que después de enseñarme una cosa me llevaría con mi hermana, espero que eso sea cierto, porque no puedo pensar en otra cosa que en mi hermana.
Me llevó a su casa, a su casa ¿pretendía hacer algo conmigo? “Como me haga algo, lo dejo tieso ahí mismo” pensé. Con miedo entré a su casa y me llevó hasta su habitación “Ya está, ya está, me quiere hacer algo. Luz coge algo por si intenta algo, no pases por lo mismo otra vez” dije para mis adentros. Pero estaba equivocada, sacó a un precioso cachorro, de lobo. Aunque el me dijera que era un husky yo sabía perfectamente que la cría era de lobo y no de un husky.

-¿Te gusta?-dijo

-¡Me encanta! Que cría de lobo mas mono hay aquí-dije mientras le rascaba la barriga. Era la cosa más mona que había visto en la vida- ¿Cómo se llama?

-No tiene nombre todavía… espera ¿has dicho cría de lobo?-dijo sorprendido.

-Vamos, me encantan los lobos, como no voy a reconocer una cría de ellos.

Víctor se quedó con la boca abierta. Seguramente se pasó todo el rato pensando en que excusa podría ponerme para que no me diera cuenta. Empecé a reír y a reír porque le dejé todo impresionado



Víctor



Me quedé paralizado cuando me dijo que sabía que la cría era de lobo y no de un perro. Pero no me importaba, al menos hice que se olvidara de su hermana.
Me preguntó por el nombre de la cría, y todavía estaba en las mismas, alucinado, aun no había puesto nombre a la cría. A si que nos dedicamos a pensar un nombre, se nos ocurrieron varios nombres como Luna, Linda pensamos en Linda porque que era linda y Luna por lo de la luna llena. Entonces los dos a la vez dijimos “¡Yena!” y empezamos a reírnos. A la loba pareció gustarle porque no paraba de brincar de un lado al otro, aunque ahora que lo pienso ella es así.
Entonces la cría de loba se llamaría de ahora en adelante Yena.

Estuvimos hasta la hora de comer con la cría de loba, perdón, con Yena jugando y haciéndola de rabiar con las manos y los pies. Después llevé a Luz al hospital junto a su hermana Lucia.
La hermana de Luz le dieron el alta al día siguiente de estar ingresada en el hospital, al parecer la chiquilla le faltaba nutrientes y al ver que estaba bien le dieron el alta pero tenía que estar en reposo en su casa comiendo bien, es decir, tomando alimentos buenos para ella. Todo esto solo ha sido un susto gracias a dios.

miércoles, 1 de junio de 2011

Capitulo 4

Después de dejar a Luz en casa de Sara me fui a mi casa con la pequeña cría de lobo. No se cuanto podría soporta el ocultar aquella cría de las personas. Casi me pillan dos veces, una mi madre y la otra Sara y Luz. Luz, la pobre está pasando por lo peor.

-Podría hacer algo por ella para que se olvide de todo por un momento ¿no crees?- le dije a la cría de lobo.

La cría empezaba a brincar y a menear el rabo, a si que supuse que decía que si a lo que había propuesto. Estuve pensando en que podría hacer por ella. Pensé en llevarla al bosque a que hiciera fotografías, pero me parecía muy simple, también pensé en llevarla a un museo de arte pero costaba dinero y no tenía lo suficiente como para invitarla. Pensaba y pensaba y no se me ocurría nada.
Tenía a la cría de lobo jugando con mis pies, panza arriba, era la cosa más mona que había visto en la vida. Seguía pensando en que podría hacer pero no podía, tenía a la cría ahí panza arriba con la lengua medio salida y no podía pensar en otra cosa, solo en aquella criatura tan mona.

-Tú… para de ser tan mona-dije con tono cariñoso- no puedo pensar en que puedo hacer por ella para que se olvide de todo por un momento… ¡YA ESTÁ! Te presentaré, a ver si contigo se olvida de todo. Se que le gustarás porque le encanta los animales y tú eres una preciosidad, a si que todo bien.

A la mañana siguiente me acerqué a la casa de Sara a por Luz y mientras ella iba a vestirse le conté a Sara el plan que tenía para Luz, para ver si se olvidaba de todo y se relajaba un poco. A ella le pareció una gran idea y a mí con eso me bastó. Pero la alegría se me acabó al poco.
Sara empezó a hacerme preguntas sobre el supuesto perro que tenía en mi casa y como que ella no sabía que lo tenía, a si que empecé a inventarme cualquier cosa, que lo tenía en casa de mis tíos porque a mi madre no le gustaban los perros, porque a mi padre le parecía un lobo y lo querría matar, ya que mi padre tiene una obsesión con que los lobos son peligrosos y que ay que exterminarlos…etc.

-Ya… tu padre está un poco chalado de la cabeza que tiene

-Lo sé y es un cabezón, en doble sentido- y empezamos a reírnos.

Al poco, Luz bajó por las escaleras y nos marchamos en mi moto hacia la cafetería donde supuestamente iríamos antes de ir al “Hospital”.


Sara

Mientras veía como se iba Luz y Víctor hacia la mejor cafetería de Galicia yo me metí dentro de la casa, pensando en lo que Víctor y yo habíamos hablado, sobre su perro.
Lo estuve pensando mucho, y no conseguía tragarme todo aquello porque para decirme que su madre no quería animales en casa, me montó una que no veas. Él esconde algo y tarde o temprano lo descubriré.

martes, 31 de mayo de 2011

Capitulo 3

Desde aquel día que conocí a Víctor, fuimos quedando todos juntos a dar una vuelta, cumpleaños…etc. Llevo ya 4 meses en este pueblo, pero aun no estoy muy acostumbrada, pero no me importa tengo unos amigos fantásticos.
Un día quedamos Sara, Víctor y yo pero no nos decidíamos a donde ir y Víctor y Sara no paraban de discutir porque cada uno quería ir a un lugar diferente.
Después de todo nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo, asta a un parque. Era precioso. Los árboles eran maravillosos, con tonos rojos y naranjas con un estanque con patos
Nos sentamos en un banco cerca de los columpios donde unos niños estaban jugando al escondite y gritando “por mi y por todos mis compañeros” o “eso es trampa, no vale, cuenta otra vez, cuenta otra vez.”. Añoraba aquellos momentos que todo era más fácil, que con un solo chillido bastaba para que tu madre te comprara lo que querías, que con un solo “curita sana, si no se cura hoy se curará mañana” ya no nos dolía una herida que te habías hecho jugando. Esos momentos los añoraba bastante, pero esto es la realidad, soy una adolescente que se preocupa por cualquier cosa.

Mas tarde, después de estar de charreta en el banco nos fuimos a un bar. Nos encontramos con un amigo de Sara y mientras que ella se ponía de cháchara con su amigo y pedía lo que queríamos, Víctor y yo nos sentamos y estuvimos hablando.

-Bueno, Luz ¿cuéntame algo sobre ti?-dijo.

-Bueno vengo de Málaga, Sevilla y como le dieron trabajo a mi madre aquí, nos mudamos-dije.

Le estuve contando como conocí a Sara, sus colegas y como caí bien al “luceros”. Parecía estar interesado a lo que decía y eso me agradaba bastante. Teníamos muchas cosas en común, como la fotografía.

-Así que te gusta la fotografía-dijo.

-Si, es que es una cosa tan bonita, lo que más me gusta de eso, es fotografiar lo natural, es decir, hechas imprevistas a algo o a alguien, no como las fotos típicas, personas quietas como si fueran estatuas. Y también los paisajes, me encanta fotografiar a los bosques, la fauna y la flora que tiene… Ay, perdona es que cuando hablo de algo que me apasiona, no paro de hablar, lo siento – dije sonrojada.

-No pasa nada, eso me gusta, que te apasione algo, que te intereses en algo maravilloso, al menos para mi, jeje. Eres distinta a todas las chicas que he conocido- dijo.

-¿Debería ofenderme?- dije con un tono de sarcasmo.

-¡No!, no, al contrario es un halago. La mayoría de las chicas solo se preocupan por los chicos, su maquillaje, los cotilleos…etc. Pero tú eres muy distinta, y eso me gusta. Me alegro de haberte conocido-dijo.

-Gracias por el cumplido, y yo también me alegro de haberte conocido-dije sonrojándome cada vez mas. Víctor me hacía sentir algo que no sentía desde hace mucho tiempo, y eso me agradaba bastante.



Mas tarde de hablar y ver como Sara coqueteaba con un empleado de la cafetería, por fin vino con mi capuchino, con el descafeinado de Víctor y con su cortado.
Al parecer Sara quería conseguir algo, que Víctor y yo nos conociéramos mas a fondo, o al menos eso me hizo pensar a mi porque se iba mucho al baño, a la calle, a hablar con el encargado de la cafetería, bueno estaba mas de pie que sentada con nosotros y a mi empezaba a cansarme un poco, me ponía nerviosa tantas vueltas, de un lado a otro, vale que es bueno andar y todo eso, pero lo que hacía ella no era normal así que en un intento de marcharse al baño de nuevo, le acompañé y le pregunté por que hacía todo eso y me respondió con algo muy breve “quiero que seas la novia de Víctor” así de claro lo dijo, yo me quedé pasmada al oír aquellas palabras. Por un momento estuve callada con la boca abierta pensando por que quería Sara que yo estuviera con Víctor si no nos conocíamos de nada. Le pedí explicaciones y me dijo que veía algo entre nosotros, que había una conexión, que estábamos destinados a estar juntos o algo así. No se que se le pasa a esta chica por la cabeza.

-Luz, hazme caso, estoy segurísima que entre tu y Víctor hay algo, yo para esto tengo un don, huelo el amor entre dos personas a kilómetros y si no pregúntale al Luceros, estuvo con una que se fue a Argentina y yo le dije que entre ellos dos había algo y en una semana y media, creo recordar, se liaron en la fiesta de primavera en casa de Juan Luís-me dijo mientras llegábamos a la mesa dónde nos estaba esperando víctor.

Para mi eso no tenía nada que ver si se gustaban o no, porque perfectamente los dos iban borrachos y se liaron ahí mismo. Yo creo que su sentido de las parejas falla mucho porque yo noto cuando dos personas se quieren, o cuando a una persona le gusta otra y que queréis que os diga yo no veía nada entre Víctor y yo.
Sara estaba como una cabra, ¿yo, saliendo con alguien al que no conozco? Pero es que ni se cuales son mis sentimientos hacia él.
Vale, vale sé que me hace sentir como nunca me habían hecho sentir antes, pero eso no tiene nada que ver con que él y yo estemos hechos el uno para el otro, que vayamos a estar juntos y todo ese rollo.
Mientras nos acercábamos a la mesa donde nos esperaba Víctor, Sara y yo hablábamos sobre las cosas que teníamos en común Víctor y yo. Aunque tuviéramos cosas en común eso no significaba nada, muchas personas tienen cosas en común y eso no significa que estén destinados a estar juntos.
Por fin llegamos a la mesa, y tuve un alivio de que Sara dejara el temita delante de Víctor, o al menos eso pensaba yo. Sara se puso a hablar de mi de una manera que me sentí incomoda, y al parecer no era la única.

-Bueno Víctor, ¿que te parece Luz? Es guapa a que si- dijo Sara poniéndome de los nervios.

Víctor y yo estábamos en las mismas, alucinados.

Tuve las ganas de decirle que se callara y que para de una vez, pero en ese momento mi madre me llamaba. No daba créditos a mis oídos, mi madre iba camino del hospital con mi hermana a si que me levanté y fui hacia la puerta para coger el próximo autobús que pasara cerca del hospital, pero había un problema yo no sabía ni donde estaba la estación ni dónde estaba el hospital, a si que le pregunté a Sara, pero ella no tenía ni idea de que autobús pasaba por el hospital, pero gracias a dios Víctor si que lo sabía. Me acompañaron hasta la estación y se iban a venir conmigo al hospital pero a Sara la llamaron y tenía que ir a su casa a ayudar a su madre y entonces tubo que coger otro autobús pero Víctor me acompañó al hospital.
Mientras estábamos en el autobús yo estaba nerviosa pero Víctor supo calmarme dándome un tema de conversación.

-Bueno, halloween se acerca, ¿piensas hacer algo?- me preguntó Víctor.

-No se lo que hacen Sara y los demás pero supongo que si hacen algo iré con ellos. Normalmente cuando estaba en Málaga, en halloween hacíamos una fiesta entre amigos, los que éramos del grupo y nos quedábamos a dormir en mi almacén- dije mientras le miraba.

-¿Hechas de menos tu hogar?-dijo un poco triste.

-Un poco si, hecho de menos a mis amigos, a mi ex novio, bueno a mi ex creo que no, pero con los buenos amigos que tengo aquí, compensa lo mucho que hecho de menos Málaga.

-Me alegra que te sientas cómoda aquí, en Galicia y eso de tu novio, bueno tú ex. ¿Al venirte aquí tuvisteis que romper?

-No, no. Ya habíamos roto, el cabrón se lió con otra un mes o dos antes de que me fuera y ¿sabes lo peor? Que el ni sabía que me iba a Galicia a vivir a si que es un cabrón de primera calidad.

Estaba a punto de llorar pero él me abrazó y empezó a consolarme. Me dijo “Ese tío es idiota, no sabía lo que tenía y ahora que te a perdido seguro que está arrepintiéndose por lo que te hizo.”
Me hizo sentir bien, pero no lo que me dijo si no el abrazo, me sentía bien con él, me sentía segura y eso no lo había sentido nunca desde la muerte de mi padre, que en paz descanse.
Al llegar al hospital me acompañó hasta recepción y pregunté por mi hermana Lucia. Estaba en la habitación 237, el mismo numero de habitación que estaba mi padre antes de morir. Me quedé paralizada y Víctor me tuvo que acompañar hasta la habitación.
Al entrar a la habitación le dije a Víctor que me acompañara y cuando entré vi a mi hermana en la cama durmiendo.

-Mamá, mamá ¿Qué a pasado?- dije asustada.

-Nada, no te preocupes, ha tenido un desmayo por falta de nutrientes, no te acuerdas que estaba mala que casi ni comía, pues eso ha sido la causa Tiene un poco de fiebre pero estará bien, se recuperará.

-Desde cuando estás aquí.

-Desde hace 2 horas… después de saber que le había ocurrido te he llamado porque creía que estarías en casa preocupada.


Mi madre se fue a la cafetería a tomarse algo y Víctor y yo nos quedamos en la habitación con mi hermana. Víctor me preguntó que porque estaba tan asustada cuando supe cual era el numero de habitación en la que estuvo mi hermana y le conté sobre la causa de la muerte de mi padre y le pasó lo mismo que le está ocurriendo a mi hermana. Empezó con un simple desmayo pero después fue a peor.

-Pero tu padre tenía las defensas bajas, tu hermana es mas joven, tiene las defensas más fuertes y no le va a pasar lo mismo que a tu padre, se recuperará, no te agobies.

-Lo sé, pero tengo mucho miedo.

En ese momento mi madre apareció con un capuchino en la mano y se sentó en el sillón al lado de mi hermana Lucia. Mi madre me dijo que me fuera a casa y que no me preocupara de nada, pero yo no quería que mi madre pasara por lo mismo.

-Mamá, yo me quedo, ves a casa y descansa.

-No, Luz, no puedes quedarte-dijo mi madre.

-Pero, mamá yo…

-Luz, haz caso a tu madre, mira vamos hacer una cosa. Te acompaño a tu casa y mañana te llevo al hospital ¿vale?-dijo Víctor- pero ahora nos vamos que si no perderemos el último autobús.

Fuimos a coger el último autobús, pero no quería quedarme sola en mi casa a si que antes de que llegara el autobús a recogernos llamé a Sara a ver si estaba en casa y si me dejaba quedarme en su casa a dormir.

-“Claro que te puedes quedar, ¿te queda mucho para llegar?”

- Bueno acabamos de salir de la estación.

-“Pues, cuando llegues me das un toque y voy a por ti ¿vale?”

-No hace falta que vengas a por mi, ya voy yo a tu casa porque aun tengo que ir a por mi ropa para mañana y mi pijama.

-… “bueno esta bien, pero ten cuidado.”