martes, 31 de mayo de 2011

Capitulo 3

Desde aquel día que conocí a Víctor, fuimos quedando todos juntos a dar una vuelta, cumpleaños…etc. Llevo ya 4 meses en este pueblo, pero aun no estoy muy acostumbrada, pero no me importa tengo unos amigos fantásticos.
Un día quedamos Sara, Víctor y yo pero no nos decidíamos a donde ir y Víctor y Sara no paraban de discutir porque cada uno quería ir a un lugar diferente.
Después de todo nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo, asta a un parque. Era precioso. Los árboles eran maravillosos, con tonos rojos y naranjas con un estanque con patos
Nos sentamos en un banco cerca de los columpios donde unos niños estaban jugando al escondite y gritando “por mi y por todos mis compañeros” o “eso es trampa, no vale, cuenta otra vez, cuenta otra vez.”. Añoraba aquellos momentos que todo era más fácil, que con un solo chillido bastaba para que tu madre te comprara lo que querías, que con un solo “curita sana, si no se cura hoy se curará mañana” ya no nos dolía una herida que te habías hecho jugando. Esos momentos los añoraba bastante, pero esto es la realidad, soy una adolescente que se preocupa por cualquier cosa.

Mas tarde, después de estar de charreta en el banco nos fuimos a un bar. Nos encontramos con un amigo de Sara y mientras que ella se ponía de cháchara con su amigo y pedía lo que queríamos, Víctor y yo nos sentamos y estuvimos hablando.

-Bueno, Luz ¿cuéntame algo sobre ti?-dijo.

-Bueno vengo de Málaga, Sevilla y como le dieron trabajo a mi madre aquí, nos mudamos-dije.

Le estuve contando como conocí a Sara, sus colegas y como caí bien al “luceros”. Parecía estar interesado a lo que decía y eso me agradaba bastante. Teníamos muchas cosas en común, como la fotografía.

-Así que te gusta la fotografía-dijo.

-Si, es que es una cosa tan bonita, lo que más me gusta de eso, es fotografiar lo natural, es decir, hechas imprevistas a algo o a alguien, no como las fotos típicas, personas quietas como si fueran estatuas. Y también los paisajes, me encanta fotografiar a los bosques, la fauna y la flora que tiene… Ay, perdona es que cuando hablo de algo que me apasiona, no paro de hablar, lo siento – dije sonrojada.

-No pasa nada, eso me gusta, que te apasione algo, que te intereses en algo maravilloso, al menos para mi, jeje. Eres distinta a todas las chicas que he conocido- dijo.

-¿Debería ofenderme?- dije con un tono de sarcasmo.

-¡No!, no, al contrario es un halago. La mayoría de las chicas solo se preocupan por los chicos, su maquillaje, los cotilleos…etc. Pero tú eres muy distinta, y eso me gusta. Me alegro de haberte conocido-dijo.

-Gracias por el cumplido, y yo también me alegro de haberte conocido-dije sonrojándome cada vez mas. Víctor me hacía sentir algo que no sentía desde hace mucho tiempo, y eso me agradaba bastante.



Mas tarde de hablar y ver como Sara coqueteaba con un empleado de la cafetería, por fin vino con mi capuchino, con el descafeinado de Víctor y con su cortado.
Al parecer Sara quería conseguir algo, que Víctor y yo nos conociéramos mas a fondo, o al menos eso me hizo pensar a mi porque se iba mucho al baño, a la calle, a hablar con el encargado de la cafetería, bueno estaba mas de pie que sentada con nosotros y a mi empezaba a cansarme un poco, me ponía nerviosa tantas vueltas, de un lado a otro, vale que es bueno andar y todo eso, pero lo que hacía ella no era normal así que en un intento de marcharse al baño de nuevo, le acompañé y le pregunté por que hacía todo eso y me respondió con algo muy breve “quiero que seas la novia de Víctor” así de claro lo dijo, yo me quedé pasmada al oír aquellas palabras. Por un momento estuve callada con la boca abierta pensando por que quería Sara que yo estuviera con Víctor si no nos conocíamos de nada. Le pedí explicaciones y me dijo que veía algo entre nosotros, que había una conexión, que estábamos destinados a estar juntos o algo así. No se que se le pasa a esta chica por la cabeza.

-Luz, hazme caso, estoy segurísima que entre tu y Víctor hay algo, yo para esto tengo un don, huelo el amor entre dos personas a kilómetros y si no pregúntale al Luceros, estuvo con una que se fue a Argentina y yo le dije que entre ellos dos había algo y en una semana y media, creo recordar, se liaron en la fiesta de primavera en casa de Juan Luís-me dijo mientras llegábamos a la mesa dónde nos estaba esperando víctor.

Para mi eso no tenía nada que ver si se gustaban o no, porque perfectamente los dos iban borrachos y se liaron ahí mismo. Yo creo que su sentido de las parejas falla mucho porque yo noto cuando dos personas se quieren, o cuando a una persona le gusta otra y que queréis que os diga yo no veía nada entre Víctor y yo.
Sara estaba como una cabra, ¿yo, saliendo con alguien al que no conozco? Pero es que ni se cuales son mis sentimientos hacia él.
Vale, vale sé que me hace sentir como nunca me habían hecho sentir antes, pero eso no tiene nada que ver con que él y yo estemos hechos el uno para el otro, que vayamos a estar juntos y todo ese rollo.
Mientras nos acercábamos a la mesa donde nos esperaba Víctor, Sara y yo hablábamos sobre las cosas que teníamos en común Víctor y yo. Aunque tuviéramos cosas en común eso no significaba nada, muchas personas tienen cosas en común y eso no significa que estén destinados a estar juntos.
Por fin llegamos a la mesa, y tuve un alivio de que Sara dejara el temita delante de Víctor, o al menos eso pensaba yo. Sara se puso a hablar de mi de una manera que me sentí incomoda, y al parecer no era la única.

-Bueno Víctor, ¿que te parece Luz? Es guapa a que si- dijo Sara poniéndome de los nervios.

Víctor y yo estábamos en las mismas, alucinados.

Tuve las ganas de decirle que se callara y que para de una vez, pero en ese momento mi madre me llamaba. No daba créditos a mis oídos, mi madre iba camino del hospital con mi hermana a si que me levanté y fui hacia la puerta para coger el próximo autobús que pasara cerca del hospital, pero había un problema yo no sabía ni donde estaba la estación ni dónde estaba el hospital, a si que le pregunté a Sara, pero ella no tenía ni idea de que autobús pasaba por el hospital, pero gracias a dios Víctor si que lo sabía. Me acompañaron hasta la estación y se iban a venir conmigo al hospital pero a Sara la llamaron y tenía que ir a su casa a ayudar a su madre y entonces tubo que coger otro autobús pero Víctor me acompañó al hospital.
Mientras estábamos en el autobús yo estaba nerviosa pero Víctor supo calmarme dándome un tema de conversación.

-Bueno, halloween se acerca, ¿piensas hacer algo?- me preguntó Víctor.

-No se lo que hacen Sara y los demás pero supongo que si hacen algo iré con ellos. Normalmente cuando estaba en Málaga, en halloween hacíamos una fiesta entre amigos, los que éramos del grupo y nos quedábamos a dormir en mi almacén- dije mientras le miraba.

-¿Hechas de menos tu hogar?-dijo un poco triste.

-Un poco si, hecho de menos a mis amigos, a mi ex novio, bueno a mi ex creo que no, pero con los buenos amigos que tengo aquí, compensa lo mucho que hecho de menos Málaga.

-Me alegra que te sientas cómoda aquí, en Galicia y eso de tu novio, bueno tú ex. ¿Al venirte aquí tuvisteis que romper?

-No, no. Ya habíamos roto, el cabrón se lió con otra un mes o dos antes de que me fuera y ¿sabes lo peor? Que el ni sabía que me iba a Galicia a vivir a si que es un cabrón de primera calidad.

Estaba a punto de llorar pero él me abrazó y empezó a consolarme. Me dijo “Ese tío es idiota, no sabía lo que tenía y ahora que te a perdido seguro que está arrepintiéndose por lo que te hizo.”
Me hizo sentir bien, pero no lo que me dijo si no el abrazo, me sentía bien con él, me sentía segura y eso no lo había sentido nunca desde la muerte de mi padre, que en paz descanse.
Al llegar al hospital me acompañó hasta recepción y pregunté por mi hermana Lucia. Estaba en la habitación 237, el mismo numero de habitación que estaba mi padre antes de morir. Me quedé paralizada y Víctor me tuvo que acompañar hasta la habitación.
Al entrar a la habitación le dije a Víctor que me acompañara y cuando entré vi a mi hermana en la cama durmiendo.

-Mamá, mamá ¿Qué a pasado?- dije asustada.

-Nada, no te preocupes, ha tenido un desmayo por falta de nutrientes, no te acuerdas que estaba mala que casi ni comía, pues eso ha sido la causa Tiene un poco de fiebre pero estará bien, se recuperará.

-Desde cuando estás aquí.

-Desde hace 2 horas… después de saber que le había ocurrido te he llamado porque creía que estarías en casa preocupada.


Mi madre se fue a la cafetería a tomarse algo y Víctor y yo nos quedamos en la habitación con mi hermana. Víctor me preguntó que porque estaba tan asustada cuando supe cual era el numero de habitación en la que estuvo mi hermana y le conté sobre la causa de la muerte de mi padre y le pasó lo mismo que le está ocurriendo a mi hermana. Empezó con un simple desmayo pero después fue a peor.

-Pero tu padre tenía las defensas bajas, tu hermana es mas joven, tiene las defensas más fuertes y no le va a pasar lo mismo que a tu padre, se recuperará, no te agobies.

-Lo sé, pero tengo mucho miedo.

En ese momento mi madre apareció con un capuchino en la mano y se sentó en el sillón al lado de mi hermana Lucia. Mi madre me dijo que me fuera a casa y que no me preocupara de nada, pero yo no quería que mi madre pasara por lo mismo.

-Mamá, yo me quedo, ves a casa y descansa.

-No, Luz, no puedes quedarte-dijo mi madre.

-Pero, mamá yo…

-Luz, haz caso a tu madre, mira vamos hacer una cosa. Te acompaño a tu casa y mañana te llevo al hospital ¿vale?-dijo Víctor- pero ahora nos vamos que si no perderemos el último autobús.

Fuimos a coger el último autobús, pero no quería quedarme sola en mi casa a si que antes de que llegara el autobús a recogernos llamé a Sara a ver si estaba en casa y si me dejaba quedarme en su casa a dormir.

-“Claro que te puedes quedar, ¿te queda mucho para llegar?”

- Bueno acabamos de salir de la estación.

-“Pues, cuando llegues me das un toque y voy a por ti ¿vale?”

-No hace falta que vengas a por mi, ya voy yo a tu casa porque aun tengo que ir a por mi ropa para mañana y mi pijama.

-… “bueno esta bien, pero ten cuidado.”

viernes, 27 de mayo de 2011

Capitulo 2

Las vacaciones de verano ya se han acabado y ahora empiezo un nuevo curso en el pueblo de Galicia, si no hubiera conocido a Sara y a su pandilla, ahora mismo estaría nerviosa por el nuevo curso, pero gracias a que los he conocido estoy más segura de mi misma.
No me ha tocado con Sara, pero al menos va conmigo “El Luceros” con el que me había llevado tan bien desde el mismo momento que nos conocimos.
En todas las clases me senté con Juan, para coger un poco de confianza por que para mi todo aquello era nuevo y no conocía a casi nadie.
Estuve un poco metida en mis pensamientos, recordando aquellos bellos momentos que pasé junto a mis antiguos compañeros y lo genial que me lo pasaba con ellos, pero algo me hizo volver a la realidad y volver a mis pensamientos en otra ocasión.

-Luz, eh Luz, ¿estás ahí?- dijo Juan- chica estás empaná ¿Qué te pasa?

-Nada Juan, lo siento, estaba recordando viejos recuerdos-dije.

-Bueno es normal, pero no te preocupes-dijo abrazándome- nosotros estamos aquí para que te sientas como en casa, además as empezado con buen pie, y te lo dice el que también fue nuevo-dijo sonriente.

-¿As sido nuevo?-dije sorprendida.                                  

-Claro, ¿y sabes quien me ayudó el primer día? Sara. Ella es una tía genial, sabe cuando confiar en una persona, tiene como un 6º sentido o algo parecido- dijo con un tono burlón que hizo que riera con una carcajada y la atención de la clase, pero eso no me importaba.

En la hora del almuerzo nos juntamos todos Sara, Carlos, Juan, Charlie, Pablo, Iván, Ana, Lucas y yo. Estuvimos charlando sobre que habíamos hecho en las clases con los nuevos profesores y los motes que algunos alumnos les habían puesto.
Después de las clases nos fuimos a tomarnos algo y después nos fuimos cada uno a su casa. Sara me estuvo preguntando que si estaba bien, si me sentía a gusto en el grupo, si había tenido algún problema… Etc. Juan tenía razón, Sara es una buena persona y se preocupa por los demás.

En el punto que cada una cogía su camino a casa me preguntó que si quería ir a su casa después, y aceptando encantada cada una cogió su camino a casa.
En llegar, le conté a mi madre lo fabulosa que era Galicia y sus habitantes, al parecer ella también tuvo un gran día porque estaba mas contenta de lo habitual.
Después de comer me conecté al portátil a ver que había de nuevo por allí, en Sevilla y Paula me contó que Fer, mi mejor amigo desde la infancia era gay, pero a mi eso no me sorprendió para nada, yo ya lo sabía, me lo dijo él en persona pero no quería que nadie lo supiera y me hizo prometerle que no se lo diría a nadie. Yo le conté lo bien que estaba aquí y que ya había hecho amigos. Ella se alegró mucho por mi pero tanto ella como yo echaríamos de menos aquellas tardes en su casa charlando sobre mi pasión por los lobos, la música, el arte de todas las cosas y la clase de chico ideal de ella.
Paula me estuvo contando que el chico con el que estaba saliendo ella, le engañaba con otra y que ahora ya no están juntos. Claro, ella se enteró el día que me vine a vivir aquí y no pude estar con ella a su lado consolándola y haciendo mi súper pastel de chocolate que tanto le gustaba.
Estuvimos charlando varias horas asta que fue la hora de marcharme a casa de Sara.
 En llegar a su casa me presentó a su familia, a su madre María, una mujer encantadora de ojos claros y pelo oscuro, Sara se parecía mucho a ella. También me presentó a su padre Paco, un hombre con buen sentido del humor y su hermano, Max, un chaval de pelo y ojos oscuros.
Sus padres eran agradables, pero lo que era Max no lo era tanto que digamos. Me contó que desde que se va con Víctor, ella y Max no se llevan muy bien. Al parecer entre Víctor y Max, hay algo que desde que tenían 13 años Max odia a Víctor.
Después de conocerlos, nos fuimos Sara y yo a su cuarto. Me enseñó una colección de fotografías del bosque de Galicia, todo era hermoso, pero hubo algo que me llamó la atención.

-Vaya, Sara, que colección de fotografías más… Como decirlo… son impresionantes-dije sorprendida por mis palabras, era la primera vez que no sabía que decir y aun mas en unas fotografías.

-Muchas gracias, ¿Te gusta la fotografía?-Dijo-

-Me encanta, y he de decir que tus fotos son fascinantes, enserio y ¿esa foto del lobo, donde la has hecho?-dije.

-En el bosque que hay cerca de nuestras casas, que pasa ¿te gustan los lobos?-dijo Sara.

-¿Gustarme? Me encantan, siempre he querido tener una foto, fotografiada por mi de un lobo-dije fascinada por la foto que tenía en mis manos de aquel maravilloso lobo.

-Que bien, conozco a una persona con la que tienes varias cosas en común y es Víctor, el que te mencioné hace tiempo, ¿te acuerdas?-dijo Sara.

Claro que me acordaba, para no acordarse.

Después de estar un rato charlando, bajamos al comedor y nos tomamos un café, sus padres ya no estaban porque se habían ido a trabajar. Su hermano, en cambio seguía hay viendo una serie anime. Sara le decía que cambiara de canal porque para ella eso significaba una chorrada, pero para mi no lo era, lo veía fascinante, la serie trataba de una muchacha que viajaba a la época feudal mediante un pozo, y allí existían los demonios y una bola de cristal llamada la “Esfera de los cuatro espíritus” que fue partida en varios trozos y ahora tiene que encontrar los trozos para volver a formar de nuevo la esfera y además la serie es comedia.
A las cinco y media fuimos a la casa de Víctor y una mujer de unos 20 años muy bella con los pelos rojizos y perfectamente rizados nos abrió la puerta, era la criada. Nos hizo entrar y estuvimos esperando asta que un hombre, ya mayor nos recibió.

-Vaya, vaya, vaya… pero que ven mis ojos, si es la preciosa hija de Mirambel-dijo el hombre- hacía tiempo que no te veía, madre mía como as crecido.

- Hola Santiago, si que es, si-dijo Sara con un tono despreciable que al parecer el hombre no se había dado cuenta pero, en cambio, yo si que me había dado cuenta- ¿está Víctor en casa?

- Em, si, si que está, está en su cuarto haciendo algo que no se, no me deja entrar, voy a visarle de que estás aquí.

-¡No!, ¿ya vamos nosotras vale? No te molestes hombre, ¿estarás cansado de tanta caza no? Por cierto y esos… lo-bos- dijo Sara con un tono que no me gustó nada. Miré para la dirección que miraba ella y vi a dos lobos disecados, al verlos me dio nauseas y tuve que decirle a Sara que nos fuéramos de esa habitación lo antes posible, antes de que me desmayara ahí mismo.

Subimos al piso de arriba y nos dirigimos hacia una habitación donde tenía colgado en la puerta un cartel que ponía “No entrar”. Sara llamó a la puerta y después de todo, nos abrieron la puerta. La habitación era muy espaciosa y tenía las paredes de color azul cielo, como mi casa. Había estanterías con libros que me llamaron la atención, fotografías colgadas en las paredes de paisajes, al parece le encantaba la fotografía y por lo que vi, también tocar.

-Bueno Sara, ¿Qué te trae por aquí?- dijo el chico.

-Pues nada, hemos venido a hacerte una visita Víctor-dijo Sara.

-¿Hemos? ¿Tú y quien más?-dijo Víctor girándose para mirarnos.

-Ella es Luz, vino hace poco, antes de que empezaran las clases-dijo Sara.

-Am, encantado Luz, soy Víctor-dijo dándome dos besos en las mejillas.

-Igualmente, por lo que veo te gusta la fotografía-dije.

-Me encanta, sobre todo fotografiar al bosque, no sabéis las maravillas que hay allí, en serio-dijo con mucho entusiasmo.

-Bueno Víctor, ¿te vienes a tomar un café?-dijo Sara.

-Pero ¿Qué dices?-dije llevándome a Sara para que no nos escuchara Víctor.- si ya hemos tomado uno en tu casa.

-Tú calla, él no lo sabe así que chito-dijo Sara- bueno, entonces ¿vienes?

-Claro, pero tengo que estar aquí a las 7, que le toca el bibe-…-dijo Víctor-

-¿Que le toca que a quien?- dijo Sara.

-Nada, ¿nos vamos?-dijo él.

Capitulo 1

Hola, me llamo Luz Castillo, soy una chica de 15 años de un pueblo de Sevilla. Un pueblo muy agradable, pero por motivos de trabajo tuve que mudarme con mi madre y mi hermana pequeña, dejando atrás a mi amigos y familiares.

Ahora estamos en un pueblo de Galicia, un pueblo como otro cualquiera, pero este tiene algo que me atrae. Mientras llegamos a nuestra nueva casa donde comenzaremos una nueva vida, mi hermana y yo estamos imaginando como será la nueva casa y mi madre contándonos lo maravillosa que era y que allí seríamos muy felices. Desde la muerte de mi padre, mi madre no estuvo muy bien que digamos y yo tuve que encargarme de mi hermana durante un tiempo, pero ahora se la ve más feliz y eso me alegra.
Al llegar a la casa desempaquetemos todo y lo colocamos todo en su sitio. En terminar, mi madre nos hizo un agua-limón para refrescarnos.

-Bueno chicas ya esta todo, ya estamos en nuestro nuevo hogar y esperemos que salga todo bien, el trabajo, vuestros estudios… todo- dijo mi madre con un tono de cansancio.

-Mamá deberías descansar- miré a la cara de mi hermana Lucia y observé que tenía la misma cara que mi madre - bueno, deberíais iros las dos a dormir.

Ellas se fueron a descansar un rato y yo me dediqué a dar una vuelta por los alrededores de la casa, para conocer el terreno. Cerca del camino por dónde habíamos venido, estaba un bosque precioso al que podría contemplar siempre. Por suerte estamos al principio de   las vacaciones de verano y puedo tener tiempo para fotografiar y dibujar los paisajes.
Estuve paseando por el sendero que conectaba mi casa de color azul cielo, con la casa de color blanca y violeta. Mientras pasaba por delante de aquella casa apareció una muchacha que debía ser de mi edad, tenía los ojos azules, el pelo negro, largo y brillante. Me acerqué a ella parar saludarla, pero se me adelantó.

-Hola, tu debes ser la que vive en la casa de color azul cielo, una casa preciosa por cierto, jejeje – rió ella – antes de que vinierais tu y tu familia, mi hermano y yo jugábamos en el patio de atrás, pero claro eso pasó cuando nos llevábamos bien. Ay, que tonta soy, me llamo Sara.

-Hola Sara – dije alegremente- yo soy Luz y bueno como ya sabes vivo en la casa de color azul cielo, jejeje.

-Bueno, Luz, encantada ¿quieres que te enseñe todo esto?- dijo.

-Vale – dije alegre de conocer a alguien tan maja como ella.

Sara me enseñó los lugares mas bonitos de Galicia, los lugares que más visitaba, me presentó a sus amigos o como ella llama, “mi panda, mis colegas”.



-Hola, ¿Qué hay panda?- dijo.

-¡Ey!  Sara… ¿Quién es esa?- dijo un muchacho de ojos verdes con el pelo de punta.

-Se llama Luz, acaba de llegar al pueblo y le estaba enseñando todo esto-dijo Sara.

-Pues encantado de conocerte Luz, yo me llamo Carlos-dijo.

-Yo soy Juan pero me llaman el Luceros, ¿sabes por que?-dijo con una voz intentando darme miedo.

-Pues va a ser que no, ya que no te conozco-dije.

-Jeje, me gusta esta chica, seas bienvenida al grupo Luz-dijo Juan.

Todos los del grupo eran majos y me aceptaron en el grupo. Sara me estuvo contando la historia de los motes de algunos, como el de Juan, le llaman “El Luceros” porque por donde va, siempre es el centro de atención, ya sea como vista, sus pelos… etc. Luego estaba el de los ojos verdes con el pelo de punta, se llama Lucas pero le dicen “El magnifico”. Sara me contó que un día le retaron a Lucas a una tontería y era que bailara delante de todos los del colegio en ropa interior, él nunca había hecho una cosa igual, pero como tiene un orgullo como el de todos los tíos del mundo, lo hizo. Mientras bailaba, no se como lo hizo, nadie lo sabe, pero desapareció delante de todos y después apareció detrás de todos vestido. Todo el mundo se quedó petrificado y desde aquel día lo llamaron “El magnifico”.
 Mas tarde regresé con Sara a nuestras casas y por el camino estuvimos hablando de nuestros gustos, y la verdad tenemos varias cosas en común, nos encanta la naturaleza y los seres que habitan en el.
Cuando nos íbamos cada una a su casa, mencionó sobre un tal Víctor al que le encantaba hacer fotografías a los lobos que habitaban en el bosque. Cuando Sara mencionó lo de los lobos recordé lo que pensaba de este pueblo, “hay algo que me atrae”.
En llegar a mi casa le conté a mi madre el gran día que había pasado, como conocí a Sara, a su pandilla, lo que habíamos hecho y que ahora tenía una pandilla súper maja que me había aceptado perfectamente.
Cuando llegué a este pueblo pensé que no sería lo mismo, que la gente     sería muy diferente pero estaba equivocada, estas personas son muy majas y sé perfectamente que el pueblo de Galicia es un fantástico pueblo con personas maravillosas y sitios maravillosos.
Ahora este es mi lugar, pero aunque lo sea nunca olvidaré mi pueblo natal y nunca olvidaré los buenos momentos que pasé allí.