domingo, 26 de junio de 2011

Capitulo 5

Víctor
Mientras llevaba a Luz a la cafetería estuve pensando en la cría de lobo y saber si a Luz le gustaría el plan que tenía.
Cuando llegamos a la cafetería ella no paraba de hacerme preguntas y chillarme, ella quería estar junto a su hermana, pero yo no quería que sufriera y entonces le dije una pequeña mentira.

-No te preocupes, te llevaré a ver a tu hermana pero primero un buen desayuno en la cafetería ¿si?

- En el hospital hay una cafetería, lo digo por si no lo sabías.

-Pero el café de esta cafetería es mucho mejor que el del hospital

-Pero…

-Bah, bah, bah… Calla, deja de pensar tanto en tu hermana, se que estás preocupada mucho por ella pero por un momento relájate, disfruta, olvídate de todo. Después de enseñarte una cosa te llevaré al hospital, ¿de acuerdo?

-Está bien.

La llevé hacia la mesa y después un camarero nos atendió, yo pedí un croasen y un chocolate bien calentito y ella… un café solo. Decía que no le apetecía nada, que ya había desayunado en casa de Sara. Le sonaban las tripas y eso significaba dos cosas o sigue pensando en su hermana tanto como para no comer o no le gustaba que la invitaran.
Después de mi súper desayunazo me decidí a llevarla a ver a la cría de lobo, aunque ella se pensaba que era una cría de un perro, de un husky.


Luz
Víctor me dijo que después de enseñarme una cosa me llevaría con mi hermana, espero que eso sea cierto, porque no puedo pensar en otra cosa que en mi hermana.
Me llevó a su casa, a su casa ¿pretendía hacer algo conmigo? “Como me haga algo, lo dejo tieso ahí mismo” pensé. Con miedo entré a su casa y me llevó hasta su habitación “Ya está, ya está, me quiere hacer algo. Luz coge algo por si intenta algo, no pases por lo mismo otra vez” dije para mis adentros. Pero estaba equivocada, sacó a un precioso cachorro, de lobo. Aunque el me dijera que era un husky yo sabía perfectamente que la cría era de lobo y no de un husky.

-¿Te gusta?-dijo

-¡Me encanta! Que cría de lobo mas mono hay aquí-dije mientras le rascaba la barriga. Era la cosa más mona que había visto en la vida- ¿Cómo se llama?

-No tiene nombre todavía… espera ¿has dicho cría de lobo?-dijo sorprendido.

-Vamos, me encantan los lobos, como no voy a reconocer una cría de ellos.

Víctor se quedó con la boca abierta. Seguramente se pasó todo el rato pensando en que excusa podría ponerme para que no me diera cuenta. Empecé a reír y a reír porque le dejé todo impresionado



Víctor



Me quedé paralizado cuando me dijo que sabía que la cría era de lobo y no de un perro. Pero no me importaba, al menos hice que se olvidara de su hermana.
Me preguntó por el nombre de la cría, y todavía estaba en las mismas, alucinado, aun no había puesto nombre a la cría. A si que nos dedicamos a pensar un nombre, se nos ocurrieron varios nombres como Luna, Linda pensamos en Linda porque que era linda y Luna por lo de la luna llena. Entonces los dos a la vez dijimos “¡Yena!” y empezamos a reírnos. A la loba pareció gustarle porque no paraba de brincar de un lado al otro, aunque ahora que lo pienso ella es así.
Entonces la cría de loba se llamaría de ahora en adelante Yena.

Estuvimos hasta la hora de comer con la cría de loba, perdón, con Yena jugando y haciéndola de rabiar con las manos y los pies. Después llevé a Luz al hospital junto a su hermana Lucia.
La hermana de Luz le dieron el alta al día siguiente de estar ingresada en el hospital, al parecer la chiquilla le faltaba nutrientes y al ver que estaba bien le dieron el alta pero tenía que estar en reposo en su casa comiendo bien, es decir, tomando alimentos buenos para ella. Todo esto solo ha sido un susto gracias a dios.

miércoles, 1 de junio de 2011

Capitulo 4

Después de dejar a Luz en casa de Sara me fui a mi casa con la pequeña cría de lobo. No se cuanto podría soporta el ocultar aquella cría de las personas. Casi me pillan dos veces, una mi madre y la otra Sara y Luz. Luz, la pobre está pasando por lo peor.

-Podría hacer algo por ella para que se olvide de todo por un momento ¿no crees?- le dije a la cría de lobo.

La cría empezaba a brincar y a menear el rabo, a si que supuse que decía que si a lo que había propuesto. Estuve pensando en que podría hacer por ella. Pensé en llevarla al bosque a que hiciera fotografías, pero me parecía muy simple, también pensé en llevarla a un museo de arte pero costaba dinero y no tenía lo suficiente como para invitarla. Pensaba y pensaba y no se me ocurría nada.
Tenía a la cría de lobo jugando con mis pies, panza arriba, era la cosa más mona que había visto en la vida. Seguía pensando en que podría hacer pero no podía, tenía a la cría ahí panza arriba con la lengua medio salida y no podía pensar en otra cosa, solo en aquella criatura tan mona.

-Tú… para de ser tan mona-dije con tono cariñoso- no puedo pensar en que puedo hacer por ella para que se olvide de todo por un momento… ¡YA ESTÁ! Te presentaré, a ver si contigo se olvida de todo. Se que le gustarás porque le encanta los animales y tú eres una preciosidad, a si que todo bien.

A la mañana siguiente me acerqué a la casa de Sara a por Luz y mientras ella iba a vestirse le conté a Sara el plan que tenía para Luz, para ver si se olvidaba de todo y se relajaba un poco. A ella le pareció una gran idea y a mí con eso me bastó. Pero la alegría se me acabó al poco.
Sara empezó a hacerme preguntas sobre el supuesto perro que tenía en mi casa y como que ella no sabía que lo tenía, a si que empecé a inventarme cualquier cosa, que lo tenía en casa de mis tíos porque a mi madre no le gustaban los perros, porque a mi padre le parecía un lobo y lo querría matar, ya que mi padre tiene una obsesión con que los lobos son peligrosos y que ay que exterminarlos…etc.

-Ya… tu padre está un poco chalado de la cabeza que tiene

-Lo sé y es un cabezón, en doble sentido- y empezamos a reírnos.

Al poco, Luz bajó por las escaleras y nos marchamos en mi moto hacia la cafetería donde supuestamente iríamos antes de ir al “Hospital”.


Sara

Mientras veía como se iba Luz y Víctor hacia la mejor cafetería de Galicia yo me metí dentro de la casa, pensando en lo que Víctor y yo habíamos hablado, sobre su perro.
Lo estuve pensando mucho, y no conseguía tragarme todo aquello porque para decirme que su madre no quería animales en casa, me montó una que no veas. Él esconde algo y tarde o temprano lo descubriré.