miércoles, 1 de junio de 2011

Capitulo 4

Después de dejar a Luz en casa de Sara me fui a mi casa con la pequeña cría de lobo. No se cuanto podría soporta el ocultar aquella cría de las personas. Casi me pillan dos veces, una mi madre y la otra Sara y Luz. Luz, la pobre está pasando por lo peor.

-Podría hacer algo por ella para que se olvide de todo por un momento ¿no crees?- le dije a la cría de lobo.

La cría empezaba a brincar y a menear el rabo, a si que supuse que decía que si a lo que había propuesto. Estuve pensando en que podría hacer por ella. Pensé en llevarla al bosque a que hiciera fotografías, pero me parecía muy simple, también pensé en llevarla a un museo de arte pero costaba dinero y no tenía lo suficiente como para invitarla. Pensaba y pensaba y no se me ocurría nada.
Tenía a la cría de lobo jugando con mis pies, panza arriba, era la cosa más mona que había visto en la vida. Seguía pensando en que podría hacer pero no podía, tenía a la cría ahí panza arriba con la lengua medio salida y no podía pensar en otra cosa, solo en aquella criatura tan mona.

-Tú… para de ser tan mona-dije con tono cariñoso- no puedo pensar en que puedo hacer por ella para que se olvide de todo por un momento… ¡YA ESTÁ! Te presentaré, a ver si contigo se olvida de todo. Se que le gustarás porque le encanta los animales y tú eres una preciosidad, a si que todo bien.

A la mañana siguiente me acerqué a la casa de Sara a por Luz y mientras ella iba a vestirse le conté a Sara el plan que tenía para Luz, para ver si se olvidaba de todo y se relajaba un poco. A ella le pareció una gran idea y a mí con eso me bastó. Pero la alegría se me acabó al poco.
Sara empezó a hacerme preguntas sobre el supuesto perro que tenía en mi casa y como que ella no sabía que lo tenía, a si que empecé a inventarme cualquier cosa, que lo tenía en casa de mis tíos porque a mi madre no le gustaban los perros, porque a mi padre le parecía un lobo y lo querría matar, ya que mi padre tiene una obsesión con que los lobos son peligrosos y que ay que exterminarlos…etc.

-Ya… tu padre está un poco chalado de la cabeza que tiene

-Lo sé y es un cabezón, en doble sentido- y empezamos a reírnos.

Al poco, Luz bajó por las escaleras y nos marchamos en mi moto hacia la cafetería donde supuestamente iríamos antes de ir al “Hospital”.


Sara

Mientras veía como se iba Luz y Víctor hacia la mejor cafetería de Galicia yo me metí dentro de la casa, pensando en lo que Víctor y yo habíamos hablado, sobre su perro.
Lo estuve pensando mucho, y no conseguía tragarme todo aquello porque para decirme que su madre no quería animales en casa, me montó una que no veas. Él esconde algo y tarde o temprano lo descubriré.

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