El
primer trimestre ya ha acabado y todos estamos impacientes por nuestros
boletines. Hace un frío que nadie lo soporta y todos estamos con los abrigos y
bufandas puestas, ya que la calefacción no iba.
Hoy
no hacemos nada en especial, solo un almuerzo de clase navideño. Todo el mundo
ha traído algo, unos han traído torta, otros la bebida, panchitos, platos…etc.
Después
del almuerzo cada uno iba a su bola, Juan y yo haciendo grullas de papel, otros
haciendo el animal, otros leyendo, dibujando…etc.
Para
celebrar que ya eran vacaciones de navidad todos nos hemos ido a un bar a tomarnos
algo Sara, Lucas, Juan, Ana incluso vino Víctor aunque la verdad no tenía
muchas ganas de verlo pero para no estropear la fiesta me tuve que aguantar.
Mientras
los demás pedían Sara me llevó al aseo porque quería hablar conmigo. En el baño
empezó a hablarme sobre Víctor y como no siempre salía en nuestras
conversaciones.
-Luz,
no se que le pasa a Víctor. Está muy raro-dijo Sara.
-¿Por
qué tendría que saber yo lo que le pasa?
-Pues
le pregunté y lo único que supo contestar fue “Luz” así sin mas y sinceramente
es muy raro.
-Yo
no se lo que le pasa Sara, si lo supiera te lo diría y ahora que estamos con el
tema de Víctor ¿Te gusta?
-No,
pero es una persona a la que admiro mucho, es una de las personas mas
maravillosas del mundo y no quiero que este triste por nada. Quiero que sonría
y sea feliz…. Además…
-Para
el carro. No sigas, que te conozco. Vas a decir…
-Víctor
es tuyo-dijimos al unisolo.
-Es
que es la verdad-dijo ella mirándome con una cara de felicidad.
-Ya
te lo he dicho muchas veces, Víctor no es de nadie y ya esta, no hablemos mas
del tema.
Después
de esto, Sara y yo salimos del baño y nos dirigimos a donde estaban los demás esperándonos.
Mientras
que esperábamos a que nos trajera lo que habíamos pedido todos estábamos
hablando sobre lo que haríamos en noche buena, navidad y noche vieja. El día de
noche vieja pensábamos pasar la noche juntos, una cena , las uvas y un poco de
baile.
Por
la tarde mientras estaba echada en mi cama rascando la barriga de Yena oí a mi
madre que me llamaba desde el piso de abajo. Alguien había venido a verme. Era
Juan, el chico que conocí gracias a Sara y que enseguida hice amistad con él.
-Menuda
sorpresa-dije- ¿Cómo sabes donde vivo?
-Sara
me dijo que vivías aquí.
-¿Y
que te trae por aquí?
-Nada,
¿Te apetece salir?
Juan
y yo nos fuimos a la cafetería que hacía el mejor café del mundo.
Mientras
esperábamos a que nos trajera lo que habíamos pedido, Juan empezó a preguntarme
cosas sobre que qué me parecía él y esas cosas. No sabía exactamente que le pasaba pero por sus preguntas y reacciones supuse que a Juan le gustaba alguien y para
ahorrarnos tiempo, directamente le pregunté.
-Vale,
vale ¿Quién te gusta?
-¿Qué?
¿Cómo?-preguntó sorprendido.
-Te
gusta alguien ¿Quién es?-dije sonriendo.
-Pues
no te lo vas a creer pero es… Sara.
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